
Pero ¿cómo escuchar esa materialidad que a la vez se desvanece una y otra vez? Los sonidos respiran, raspan, susurran, resoplan y articulan timbres que se disparan desde distintas direcciones de la sala e impactanencriptados sobre sí mismos. Aquí la búsqueda del sentido último de la existencia se da a través de la representación de un ambiente inestable, entre luminoso y oscuro, con movimientos quebrados y tersos y sonoridades continuas que se desvanecen en declinaciones intermitentes, a la vez que destacan la idea de la existencia despojada de un punto final, como un trayecto que avanza evanescente y que nunca termina. Las dos partes se inspiran en textos de épocas y culturas diversas: John Donne y su poema metafísico "Death be not proud, though some have called thee" del siglo XVII y la historia de los durmientes de Éfeso del siglo III. Se concreta de este modo aquello que se resiste a cobrar forma, ese resto que compone el sentido en esta pieza desplegada en varias perspectivas. Los sentidos así estremecidos se dejan succionar también a través del movimiento y desplazamientos coreografiados por Melanie Alfie. Se trabajan entonces distintos estados que se filtran, uno a uno, con auténtica naturalidad y sin necesidad de ser catalogados. Como una torsión en esta trama, “Los Durmientes” continúa este trayecto pero con el sonido en vivo de un ensamble de cinco músicos y cinco cantantes dirigido por Santiago Santero.Įl complejo díptico se construye a partir del texto, movimiento, iluminación, espacio, imagen, música y sonido – y mejor aún, de la escucha.

En el primero de ellos, “Más allá”, se presenta un dispositivo con tres bailarinas en escena, diseños de iluminación y el registro sonoro de un conjunto de dieciseis instrumentos, que repone la memoria de su estreno mexicano.

Mayo 2015Įl mecanismo de Breve Sueño condensa dos acontecimientos formales compuestos cronológicamente por Patricia Martínez entre 2014 y 2015. Comentario de las presentaciones en CETC.
